herraje
Fig 1
Fig.1: 
Esquema anatómico del miembro torácico.
Fig 2
Fig.2:
Tensiones relativas del suspensor 
1) casco y herradura normal
2) talones levantados
3) talones bajos
Foto 3
Fig.3: 
Herradura de huevo y lumbres retrasadas para lesiones del profundo, su ligamento accesorio y bursa navicular.
Foto 4
Fig.4: 
La herradura napoleónica ofrece una salida en lumbres todavía mas fácil que la anterior.
Fig 5
Fig.5: 
Levantar los talones es otra estrategia terapéutica para las lesiones de este tipo.
Fig 6
Fig.6: 
Al contrario, para lesiones del superficial o del suspensor es más indicada una herradura de lumbres cubiertas y callos estrechos y cortos.
Fig 7
Fig.7: 
Para lesiones del tendón extensor es indicado una extensión dorsal (hacia delante).
Fig 8
Fig.8: 
En caso de grandes laceraciones hay que construir un ortosoma, que proporcione sostén al menudillo.

Herraje en las lesiones tendinosas

Los tendones son estructuras fibroelásticas que unen los músculos a los huesos, mientras que los ligamentos unen dos huesos entre si.

En la parte distal (inferior) de los miembros de los équidos hay dos tendones flexores; el tendon flexor profundo de las falanges y el tendon flexor superficial de las falanges. Cada uno de estos tendones une el músculo del mismo nombre (que en el miembro torácico tienen origen en el codo) con las falanges, permitiendo la flexión del dedo. 

El flexor profundo se une a la falange distal (tejuelo) después de pasar por detrás del hueso navicular; el flexor superficial se une a la falange intermedia. En la cara posterior de la caña, por delante de los tendones flexores, corre el ligamento suspensor del menudillo (o interóseo) que de la parte superior de la caña va a sujetarse en los huesos sesamoideos que forman parte del menudillo.

Los tendones flexores de las falanges tienen cada uno un ligamento accesorio hacia arriba que los conecta directamente al esqueleto. El ligamento accesorio inferior sujeta el profundo a los huesos del carpo, el ligamento accesorio superior sujeta el superficial al radio (antebrazo). Estos dos ligamentos hacen de “tope” a la extensión de sus respectivos tendones y permiten al caballo estar parado de pie sobre sus manos, sin esfuerzo muscular por parte de los músculos flexores.

Con el corte y el herraje del casco afectamos directamente su apoyo y la posición del tejuelo y por lo tanto el funcionamiento del tendón flexor profundo ( y de su ligamento accesorio) y solo indirectamente el del tendón superficial y el suspensor. (Fig.2)

El herraje terapéutico tiene como objetivo inicial el de descargar el tendón o ligamento lesionado, para volver a someterlo gradualmente a su carga habitual según evolucione el proceso curativo, esta valoración tiene que ser monitorizada con repetidas ecografías.

Levantar o prolongar los talones del casco con el herraje y acortar la lumbre del casco o de la herradura, descarga el flexor profundo, su ligamento accesorio y la presión sobre la bursa navicular, porque se disminuye el ángulo que el tendón profundo desarrolla por detrás del navicular para ir a insertarse en el tejuelo y la palanca formada por la lumbre, que tiene que vencer. Al mismo tiempo se aumenta indirectamente el trabajo del tendón superficial y del suspensor para mantener en posición el menudillo.

En consecuencia si la lesión es del superficial (o de su ligamento accesorio) o del suspensor no hay que subir talones si no que más bien herrar con herraduras de lumbres anchas y callos cortos y estrechos.

Para simplificar se puede afirmar que levantando los talones (o impidiendo que se hundan en terreno blando) se baja el menudillo y viceversa.

En caso de laceracion completa de uno o más de los componentes del aparato de suspensión del menudillo normalmente se aplica un yeso para después sostener el menudillo con una herradura llamada ortosoma que tiene una especie de “cuchara” o “hamaca” de sostén para evitar la bajada del menudillo y tensiones sobre los puntos de laceración.

Para lesiones especificas del tendón extensor de las falanges se hierra con una extensión en lumbres.

Para concluir debemos afirmar la necesidad de una diagnosis exacta para poder escoger el herraje terapéutico adecuado. Como ocurre siempre en las cojeras del caballo, los mejores resultados se obtienen como consecuencia de una estrecha colaboración entre veterinario y herrador.

Hans Castelijns D.V.M. - Certified Farrier
Doctor en Medicina Veterinaria y Herrador

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