El herraje como parte de la terapia en las cojeras del caballo
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I. Introducción.
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Los propietarios de caballos llaman a la veterinaria* porque se dan cuenta de una cojera.
En realidad de las clásicas pautas de la inflamación (Calor, Tumor, Rubor, Dolor y….Functio Lesa), les preocupa las dos últimas , ya que causan la locomoción alterada.
Aunque la relación entre el dolor y la función alterada suele ser estrecha, no siempre es completa; el caballo neurectomizado no siente el dolor de la podotroclea pero sigue teniendo una función alterada si tiene adherencias entre el profundo y la cara flexoria del navicular [fig.1], el caballo que ha sufrido de una desmitis de un colateral de la articulación interfalangea distal, aun curado y sin demostrar dolor, tendrá una amplitud menor de movimiento latero-medial en su digito. |
Fig 1 |
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La veterinaria hará diagnosis, primero con anestesias regionales o intra-articulares, luego por imágenes, para instaurar una terapia médica, física y reabilitativa.
Es en este capítulo que el herraje apropiado tiene su rol de primer plano en muchas cojeras.
Las patologías de locomoción se pueden dividir en patologías del estuche corneo (abscesos, laminitis, hormiguillo, cuartos, queratomas etc.) y patologías articulares, tendinosas y ligamentosas. Son estas últimas las que se trataran en seguido.
*Hoy en día creo que la mayoría son mujeres. |
II. Cuáles son las pautas racionales en cuanto al herraje terapéutico?
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Ante todo depende de más factores que la sola lesión especifica: Tipo, uso, edad y nivel del caballo. Conformación individual. Fondo en el cual trabaja. Gestión diaria del caballo en cuestión, como alimentación, salida al paddock, darle cuerda, caminadores etc..
Es opinión del autor que el recorte del casco, salvo casos como laminitis, debería permanecer “fisiológico” con un recorte que respecta el espesor uniforme de la suela según Savoldi(1).[fig.2]
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Fig 2 |
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En otras palabras, no sirve dejar talones altos, por ejemplo, para tratar un caballo con naviculitis- porque serán más huidizos, el estuche corneo se deformará, el consumo de los talones en la superficie superior de los callos de la herradura será mayor. (2)
Los instrumentos principales del herraje terapéutico son la herradura ( y he aquí uno de los problemas del así llamado “Barefoot”), en particular:
- La distribución de sus superficies y su colocamiento en el casco.
-La reducción de palancas.
-La reducción de peso (aluminio).
-Herraduras y materiales amortiguantes.
Superficies asimétricas de la herradura tienen efecto solo en terrenos penetrables, reducción de palancas funcionan en todas las superficies y son las únicas que tienen efecto sobre el duro.
Para hacer una selección racional del herraje específico para una lesión no es suficiente con tener los resultados de una resonancia magnética, ocurren pruebas clínicas ( y sentido común). ¿Cuál es el grado de cojera, en círculo en blando y en duro , como gira en ocho, mejora o empeora en caliente, el miembro afectado cojea al externo o al interno del circulo? ¿Cómo reacciona a las flexiones, tiene sensibilidad a la tenaza de exploración en la ranilla, en talón –talón? [fig.3] ¿Cómo es la exploración del contralateral? ¿Conviene repetir una anestesia baja del solo lado medial o lateral? |
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Un instrumento clínico útil, desarrollado por el autor, es una tabla de extensión graduada que permite de hacer pruebas de extensión dorsal, elevación lateral , medial, palmar y plantar. Con esto se mide la tolerancia a estos movimientos fisiológicos, en otras palabras se mide la diminución de la función (extensión, flexión, colatero- moción), la “Functio Lesa”. Es el caballo que nos dirá: “Hasta aquí puedo pero ni un grado más!” [fig.4] |
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Los valores normales son respectivamente:
Extensión dorsal- desde 32° hasta 46°, en base a la conformación y raza.
Elevación lateral- 18°; medial 19°.
Elevación palmar (flexión) 25° mínimo.
Elevación plantar -35° mínimo.
Estos valores se establecieron , principalmente por Gaspar Castelijns, en 250 caballos sanos medidos .(3)
Lo interesante de este instrumento es que nos da indicaciones precisas para el herraje eficaz, en base al grado de tolerancia que nos muestra el paciente en las diferentes direcciones solicitadas. Sobre todo las elevaciones latero-mediales son precisas, ya que casi todas las cojeras se manifiestan peor en círculo.
Cualquier herraje terapéutico se vuelve contra produciente si el intervalo entre herrajes será demasiado largo, ya que la herradura se desplacerá hacia delante con el crecimiento del casco, aumentando las palancas. La figura 5 demuestra este principio y sirve de repaso para la biomecánica en el plan sagital (punta-talón). La flecha naranja representa el brazo de palanca (en horizontal) desde el centro articular hasta la cara flexoria del navicular, que hace de fulcro para el profundo (flechas azules), la cuya longitud es dada por la anatomía y conformación del individuo. La flecha amarilla es la palanca anterior al centro articular con un herraje largo; la flecha roja intermitente es la palanca anterior, después de haber recortado el casco y vuelto a poner la misma herradura. |
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En la figura 6 vemos al mismo pie herrado con una herraje terapéutico –pintado en amarillo- y la nueva palanca dorsal ( flecha roja, fig.5). Obsérvese como la nueva palanca es un tercio de la amarilla original y la mitad de la de la herradura tradicional , apenas herrado el caballo ( la roja intermitente, fig.5). La –hipotética- herradura amarilla seria adecuada para un caballo que muestra una grave intolerancia a la extensión dorsal, por ejemplo una lesión del ligamento distal del navicular. Es más, la reducción de la palanca dorsal debería ser directamente proporcional al grado de intolerancia demostrada por el paciente en la prueba de extensión.
En el plan frontal, se puede ser aún más preciso, dado que la tolerancia a la elevación lateral y medial de caballos sanos es muy poco variable. El movimiento latero medial del digito equino es pasivo, fue bautizado por J.M. Denoix como colatero-moción, para distinguirlo de la acción de ad- o ab- ducción creada por la musculatura. La colatero-moción ocurre cuando el caballo se mueve en curva, inclinando su cuerpo, desplazándose sobre terreno llano ( por ejemplo cuando se le da cuerda).
Si un caballo demuestra una tolerancia reducida a la elevación lateral o medial ( o de ambas), se tiene que reducir el brazo de palanca – desde el centro articular hacia el borde lateral o medial de la herradura - en proporción con el grado de intolerancia. Por ejemplo un caballo con desmitis del colateral de la interfalangea distal medial que no tolera una elevación lateral de su casco de más de 12° ( una reducción del 33% de la tolerancia normal, que es 18° ), necesita , al menos en terreno compacto, una reducción dela palanca lateral – desde el centro articular- del 33%. Si su casco mide 12 cm en la parte mas ancha, la palanca lateral es de 6 cm, que debe ser reducida de 2 cm ( el 33% de 6 cm ), es decir la salida lateral del conjunto casco-herradura tiene que estar 2 cm más cerca del centro del casco. [Fig.7B]
En la figura 7A el colateral está representado por el oval azul, la línea verde es su palanca desde el centro articular, la línea roja horizontal es la componente horizontal de la palanca opuesta sin herradura, la línea amarilla intermitente es la palanca reducida con el uso de una herradura “Rock ‘n Roll”. |
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Las cojeras que benefician de reducción de palanca dorsal, lateral o medial, o una combinación de ellas son típicamente lesiones de la podotroclea, profundo, o en general con localización abaxial.
Las cojeras que necesitan de reducción de palanca palmar (demostrables con la reducida – menos de 25°- tolerancia a la elevación palmar) pueden beneficiar en terreno penetrable de una superficie mayor en lumbre. La figura 8, de A. Hundsmann, a la derecha nos ilustra el funcionamiento. Las lesiones del origen del suspensor en manos son un ejemplo de estas. El autor prefiere realizar estos herrajes en aluminio, reduciendo así el peso. |
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En la figura 9 se muestra un ejemplo de una lesión crónica de una rama lateral del suspensor de la mano izq.. Los valores de las pruebas de extensión dorsal y de elevación latero-medial y palmar están anotados en la herradura. A la reducida tolerancia a la elevación
palmar (20° en vez de 25°, es decir del 20%) se le opone una lumbre ancha, que evitara que esta penetre demasiado en el terreno (sobrecargando el suspensor), pero no larga, ya que la tolerancia a la extensión dorsal es bastante reducida (32° contra los 38° de la mano opuesta). En el sentido latero-medial, la moderada reducción de la tolerancia a la elevación medial (16° en vez de 19°) y que era de esperar, visto la componente abaxial ( rama lateral del suspensor), se intenta aliviar con una rama medial más estrecha y con un biselado en su cara inferior (flechas) para reducir la palanca medial. |
III. Conclusión.
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Para encontrar el mejor herraje terapéutico para una lesión específica, no solo hay que tener un buen diagnóstico por imagines, sino que hay que utilizar pruebas clínicas. Medir es mejor que tirar a adivinar.
En caso de conflicto entre los resultados de las pruebas clínicas y el diagnostico, (tenemos un problema Houston!), el autor da la preferencia a la clínica. Pruebas clínicas bien hechas no son otra cosa que dar voz al paciente mudo.
El autor declara de no obtener ningún beneficio material de los productos discutidos en esta relación.
1. Savoldi MT. Identifying the true foot of the horse, proceedings, 10th Geneva
Congress of Equine Medicine and Surgery. December 11–13, 2007. p. 63–7.
2. Castelijns HH. Pathogenesis and treatment of spontaneous quarter cracks—
quantifying vertical mobility of the hoof capsule at the heels, Pferdeheilkunde,
22 Jahrgang. 2006, Ausgabe 5, September – Oktober. p. 569–76.
3. Castelijns HH. How to use digital extension device in lameness examinations.
2008; vol. 54/AAEP Proceedings. p. 228–31.
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